Hoy hemos recibido los ejemplares de Aro, el guerrero lobo que me corresponden por contrato. ¡Por fin tenemos a Aro físicamente en nuestras manos!
Ha sido una sensación difícil de describir, tener el libro en mis manos, poder tocarlo, olerlo, pasar sus hojas y leer lo que hasta hace muy poco tiempo estaba en un archivo word o pdf en mi ordenador, o era un manuscrito impreso en casa para hacer correcciones.
La maquetación, el estilo de letra, la portada… Todo ha sido una nueva experiencia para mí, el resultado de la transformación de la criatura que imaginé y empecé a escribir hace tiempo en la obra que podrán disfrutar todos los lectores que estén dispuestos a adentrarse, como yo lo hice, en el mundo de los vacceos.
Lector, te invito una vez más a que te atrevas a abrir las páginas de Aro, el guerrero lobo y disfrutes con su mundo y sus aventuras.