Los vacceos III: Las ciudades.

En la primera entrada sobre los vacceos hablamos sobre su territorio, mencionamos algunas de sus ciudades más importantes y las ubicamos en el mapa. Pero no hablamos de las características de estas ciudades. Lo haremos ahora.

Para empezar, se trataba de ciudades grandes y distantes. Su tamaño variaba entre las 5 y las 20 ha, aunque se han encontrado restos de algunas que debieron llegar a las 40 ha. Las distancias entre ellos oscilaban entre los 10 y los 20 km.

La mayoría de ellas se encontraba junto a los ríos principales: el Duero, el Pisuerga, el Esla, el Cea, el Tormes o el Arlanzón.

Muchos autores piensan que estas ciudades se comportaban como ciudades-estado, que se autogobernaban y que en algún momento llegaron a estar unidas en una especie de federación.

Los vacceos construían las ciudades en un serie de emplazamientos tipo: en promontorios a la orilla de un río (Albocela o Helmántica), en el lugar de confluencia entre dos ríos (Cauca), en cerros testigo (Segisamo) o incluso en el fondo de los valles (para aprovechar el río como protección natural).

Las ciudades estaban planificadas, generalmente constituidas por una o varias calles longitudinales, cortadas en perpendicular por otras y con un pequeño quiebro en la confluencia con la principal. Era un modelo muy similar al de Numantia, la capital arévaca, cuya reconstrucción digital vemos en esta imagen de la web www.numanciasoria.es

Numantia
Reconstrucción de Numantia (www.numanciasoria.es)

En algunas excavaciones se han encontrado restos de calles pavimentadas y con aceras.

Las ciudades estaban rodeadas por una muralla, frecuentemente de adobe y cantos rodados, con torres e incluso, en ocasiones, con fosos. Algunas ciudades pudieron tener más de un recinto amurallado.

También se construían casas fuera de los recintos amurallados, así como construcciones propias de labores artesanales, por la necesidad de agua y tal vez para evitar incendios. También fuera de la muralla estaban las necrópolis.

Las casas eran también similares a las que fabricaban los arévacos y que se han reconstruido en Numantia, como la de la imagen que pertenece también a la web http://www.numanciasoria.es:

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Casa vaccea (www.numanciasoria.es).

La casa era de planta rectangular, fabricada en adobe, con vigas de madera y carrizo en los tejados, y paredes enlucidas. Constaba de tres habitaciones: la primera era una especie de recibidor en cuyo suelo se encontraba el acceso a una pequeña bodega de la altura de un hombre y a la que se accedía mediante una trampilla en el suelo. Tras ella se encontraba la estancia principal, en la que se encontraba el fuego para cocinar. Finalmente, al fondo, había una pequeña despensa o almacén. Cada vivienda solía tener un pequeño corral anexo.

Los vacceos II: La sociedad vaccea.

Los vacceos eran un pueblo agrícola y ganadero. Los diferentes autores no se ponen de acuerdo tampoco en este punto. Unos afirman que su actividad principal era la agricultura; otros piensan que era la ganadería. Lo cierto es que ya practicaban la transhumancia, desplazando sus ganados a las tierras de los arévacos o de los vettones. Se dedicaban a la cría de ovejas, vacas y caballos. Sobre éstos últimos hablaremos en otra entrada. Cultivaban cereales, y practicaban una forma de colectivismo agrario que sorprendió a los escritores griegos y romanos por lo poco común. Por tanto, solían alimentarse de trigo, cebada e incluso bellotas. Además, utilizaron los cereales para comerciar con los pueblos vecinos (arévacos, vettones, carpetanos, astures…) a cambio de oro y metales.

Con respecto a su aspecto físico, tampoco se sabe mucho de ellos. Podemos suponer que, por tener procedencia celta, tendrían rasgos propios de ese grupo de pueblos; pero también es cierto que debieron mezclarse con los anteriores pobladores del valle del Duero, de los que sabemos aún menos que de los vacceos, aunque está claro que éstos mantuvieron su predominio sobre aquellos.

Estaban organizados en clases sociales; es probable que compaginasen sus labores agrícolas y ganaderas con la actividad guerrera. Existía una nobleza guerrera, pero las decisiones se tomaban en asambleas, aunque quienes decidían eran los miembros del consejo de ancianos. Sobre este punto, hay que señalar que cada ciudad era independiente, funcionando como una ciudad-estado, aunque es muy probable que todas las ciudades vacceas funcionasen como una federación que se uniese para afrontar peligros mayores que las habituales escaramuzas con los pueblos vecinos -astures, vettones, turmódigos…-. Tenían esclavos, habitualmente aquellos que contraían deudas y no podían pagarlas. También, aunque no se han encontrado evidencias de ello, debieron tener una casta sacerdotal que se encargase del culto a los dioses, de cuyo culto sí que existen evidencias.

Eran magníficos artesanos; existen en Castilla y León varios yacimientos que lo demuestran, como los de Pintia (Padilla de Duero) y el Soto de Medinilla. En ellos se han encontrado buena cantidad de útiles de cerámica y metal, así como joyas de oro y bronce. Por ejemplo, estos vasos de cerámica.

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Cerámica vaccea.

En la siguiente imagen, obtenida de la web Pintia vaccea, podéis ver una reconstrucción de lo que pudo ser una escena cotidiana vaccea.

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Escena cotidiana vaccea.

Los objetos en color son reconstrucciones de útiles hallados en los yacimientos de dicha localidad vallisoletana. En cuanto al aspecto y las ropas de los personajes, quiero pensar que tendrían un aspecto más céltico que los del grabado, pero eso es mi opinión personal.

Portada de «Aro, el guerrero lobo».

Esta es la portada de Aro, el guerrero lobo.
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Además del título, el nombre del autor, el de la editorial y el de la serie a la que pertenece la novela (novela histórica), se pueden ver en primer plano un casco de tipo Montefortino y una espada de antenas.

El casco de tipo Montefortino es un casco de origen celta, que originariamente no poseía las protecciones para las mejillas, pero que más tarde las incorporó. Este casco fue adoptado después por los romanos, hasta el punto de convertirse en el más popular entre los legionarios durante la época republicana. Solían ponerse crines de caballo teñidas o plumas en el pomo superior.

Sólo los guerreros celtas más poderosos o más adinerados podían permitirse el lujo de adquirir un casco; la mayoría de ellos combatía con la cabeza descubierta o con capacetes de piel o cuero.

La espada de antenas también es propia de los celtas. En el caso de los celtas hispanos (entre los que es encontraban los vacceos), la espada era más corta que la que usaban los galos; medía aproximadamente lo mismo que el antebrazo del guerrero.

Al igual que el casco de tipo Montefortino, los romanos quedaron tan impresionados por la efectividad de este arma que la adoptaron durante los últimos años de la Segunda Guerra Púnica, hasta convertirse en la espada «reglamentaria» de las legiones. Incluso la llamaron gladius hispaniensis, en recuerdo del origen de tan temible arma.

Tras estos dos objetos aparece un grupo de guerreros celtas cargando contra el enemigo.

Mi primera obra será publicada en abril.

Para comenzar con buen pie este blog, os recuerdo esta noticia que se hizo pública ayer, pero que yo ya conocía desde hace unos meses: mi primera obra será publicada en abril.

Como sabéis, se trata de una novela histórica, la publicará Ediciones Nowtilus, y su título será Aro, el guerrero lobo.

Creo que no hace falta que os confiese que se trata de una gran satisfacción personal, y que espero que decidáis leerla, que disfrutéis de las aventuras que viven sus personajes y de la inmersión en un momento histórico no demasiado conocido.

Tenéis los detalles en la web de Nowtilus. Además, podéis consultar la hoja de promoción y ver la portada de la obra.

Desde que conocí a mi agente, Chus, le envié mi manuscrito y ella me dijo que aceptaba representarme, hemos vivido ilusiones, esperanzas, decepciones, amarguras, incertidumbres y, finalmente, la alegría y la satisfacción de ver cómo el trabajo bien hecho da sus frutos.

A través de este blog y de mis cuentas de Facebook, Twitter y Google+ iré informando de los progresos que hagamos hasta que Aro y sus vacceos estén en las librerías. Posteriormente tendréis noticia de las presentaciones que se hagan y de todo lo que surja en el curso de este camino que ayer se inició oficialmente.